Todos los domingos mi familia y yo acostumbrábamos a salir de paseo por las afueras de Cúcuta, incluyendo a Venezuela donde también se encuentra parte de nuestra familia.
Uno de los paseos más comunes era en Semana Santa, época en que toda la familia se reunía y pasábamos estos días en una cabaña ubicada en el municipio de Chinacota.
Toda la semana nos dedicábamos a pasear por el pueblo, visitar las iglesias, ver las procesiones y hacer juegos entre todos, papás e hijos.
Para mis primas y para mi, lo más divertido que podíamos hacer en el paseo era pasar todo el tiempo jugando en la piscina hasta que nos dijeran que nos teníamos que salir y luego ir a pescar. Cuando llegaba la noche comíamos y caíamos rendidas del cansancio a dormir, para el otro día hacer lo mismo.
También conservábamos tradiciones típicas de la Semana Santa: no comer carne en días santos, los siete potajes, etc. Tradiciones que hoy en día se perdieron, y es que ya todo cambió, pues las niñas que les encantaba ir de paseo y jugar todo el tiempo ya crecieron, y ahora ni viven en la misma ciudad de sus padres. Ahora la familia se reúne solo en temporada de vacaciones y sobre todo en Navidad.
En esta época de diciembre es cuando llegan miembros de la familia de todas partes. Nos reunimos todos los veinticuatro de diciembre en mi casa y en fin de año, en el club, donde organizan una gran fiesta, muy elegante, pero a la vez muy divertida. Allá nos encontramos con todas nuestras familias amigas y entre familia y amigos celebramos la llegada del año nuevo con una gran celebración.